CATEQUESIS Nº 11
JUAN EL BAUTISTA: LA VOZ
QUE CLAMA EN EL DESIERTO
PRIMERO QUE
NADA
- Ambientación
- Acogida
- Oración.
Señor Dios, nos ponemos en tu
presencia al comenzar nuestra reunión semanal. Cada día que conocemos una etapa
nueva de esta historia de salvación nos admiramos más y más de tu grandeza y
bondad. Hoy vamos a conocer a Juan, el Bautista, el último de los profetas. De
él dijo tu Hijo Jesucristo que era el
más grande de entre todos los nacidos de mujer.
Con Juan nos mandaste a decir
que ya estabas entre nosotros, que ya eras uno de los nuestros. El predicaba el
arrepentimiento y el cambio de vida para que los hombres pudieran ser tus
amigos. Es lo que hoy seguimos
necesitando nosotros: arrepentimiento y conversión. Que este tema de hoy nos
ayude a comprender la importancia de estas dos actitudes cristianas. Te lo
pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
Y, ¿COMO ESTUVO
LA SEMANA?
- Compartimos lo que nos
aconteció en la semana.
- Revisamos el compomiso semanal
y damos gracias si cumplimos y pedimos perdón por los fallos.
EL TEMA DE HOY
Seguimos conociendo la historia
de la salvación que Dios ha ofrecido a los hombres desde el pueblo de Israel.
Si hiciéramos un resumen de los temas tratados hasta ahora tendríamos que
concluir que es ésta una historia muy simple. Se trata de un Padre, Dios, que
es bueno con los hombres porque, a pesar del pecado de estos, lejos de
abandonarlos y de olvidarse de ellos, siempre los tiene a su lado y acude en su
auxilio y los libra de la condenación al ofrecerles siempre la salvación.
Lo vimos así la semana pasada
cuando conocíamos a Salomón y los profetas; y lo seguiremos viendo hoy que
vamos a conocer a otro personaje importantísimo en esta historia de salvación
que es la historia de Dios con los hombres. Se trata de Juan el Bautista,
considerado el último de los profetas y alguien tan importante, tan importante
que el mismo Jesús dijo de él que era el más grande de entre los nacidos de
mujer (Lc. 7,28).
IDEAS CENTRALES
- Como hacemos otros días, vamos
a ver si entre todos logramos reunir unos cuantos datos de la vida de este
personaje. A ver, ¿quien comienza?...
- Bueno, ahora vayamos un poco
por orden. Lo mejor es que sigamos las páginas del evangelio de San Lucas, que
es quien más habla de Juan el Bautista, y veamos qué se nos dice sobre él.
- El evangelio de San Lucas
comienza hablándonos del anuncio del nacimiento de Juan el Bautista. ¿Alguien
sabe cómo acontecieron las cosas según nos lo cuenta el Evangelio?... Lc
1,3-26.
- En los planes de Dios Juan tenía
un papel que jugar, una misión que cumplir. Por eso interviene en su
nacimiento. Como en el caso de María, al hacerle nacer sin pecado, Dios actúa
milagrosamente en el nacimiento de Juan el Bautista.
- Dios quería llegarse hasta
nosotros. Parece que no le era suficiente mandarnos mensajes a través de
profetas y de jueces. Ama tanto a los hombres que quiere estar entre nosotros.
Consciente de la extrañeza que debía provocar entre los hijos del pueblo de
Israel la presencia de Dios en medio de ellos, decide anunciarse, advertirse
para que el terreno estuviera preparado.
- Esta parte era la que le
tocaba hacer a Juan el Bautista. Y vemos que la cumplió fielmente. Nos lo
cuenta San Lucas en el capítulo tercero de su evangelio. Vamos a leerlo: Lc
3,1-21.
- Entonces, según lo que
acabamos de leer, ¿qué papel desempeñó Juan el Bautista en el proyecto de
Dios?..
- Para preparar el camino al
Señor, Juan predicaba a los judíos el arrepentimiento y la conversión.
Dialoguemos un poco sobre el significado que para nosotros tienen estas dos
palabras: arrepentimiento y conversión.
- ¿Qué
es para nosotros el arrepentimiento?...
- La palabra conversión es una
palabra muy de moda hoy día. La dicen, por ejemplo los miembros de sectas que a
cada rato nos vienen encima a los católicos diciéndonos que si no nos
convertimos no nos vamos a salvar. ¿Qué significado le da a la palabra
conversión Juan el Bautista en el texto que acabamos de leer?...
- Bueno, no olvidemos:
arrepentimiento es sentir dolor y pena por haber ofendido a Dios, nuestro
Padre, con algún pecado. El arrepentimiento es una condición indispensable para
que podamos recibir la gracia de la reconciliación cuando nos acercamos al
sacramento del perdón. ¿Alguien quisiera explicarnos con alguna experiencia
personal lo que para él es tener arrepentimiento?...
- Y con respecto a la conversión, no confundamos las cosas.
Convertirse no es cambiarse de religión, de iglesia y de culto, como muchos
pretenden hacer creer. Convertirse es cambiar el corazón hacia Dios, es cambiar
nuestro comportamiento egoísta por la solidaridad hacia el necesitado, es dejar
de ser injustos y corruptos y volvernos honrados y justos etc, etc. Es, en
definitiva, abandonar el pecado y lo mal hecho y vivir en gracia de Dios y
hacer lo que a El le agrada.
- Pero sería bueno que también
alguien nos ilustre lo que para él es la conversión con alguna experiencia
personal. ¿Alguien siente que en algún momento se ha producido un cambio
radical en su vida que se pueda considerar una verdadera conversión?...
- A Juan el Bautista, además de
preparar el camino al Señor, le correspondió otra tarea muy importante. Fue la
de decirnos quién era el Mesías esperado, quién era la persona a quien él venía
preparándole el camino. Eso aconteció en el momento del bautismo de Jesús y
también cuando estaba Juan con sus discípulos y él mismo señaló a Jesús como el
Cordero de Dios. Jn 1,35-42. Estos discípulos que eran de Juan pasarían a ser
discípulos de Jesús.
- Vemos pues que a Juan, el más
grande de entre los nacidos de mujer, Dios lo escogió para prepararse el camino
hacia nosotros. El, además de predicar la conversión y el arrepentimiento para
allanar ese camino de Dios a la tierra, señaló al Mesías que el pueblo andaba
esperando. Y en un gesto de humildad y de generosidad, le dio a Jesús los
primeros discípulos, consciente de que debían seguirle a El, que era más
importante. Juan, ni siquiera se consideraba digno de desatarle la correa de la
sandalia a Jesús.
QUE NO SE NOS
OLVIDE:
- ¿Por qué diría Jesús de Juan
el Bautista que era el más grande de entre los nacidos de mujer?...
Hay varias respuestas: porque
Dios intervino en su nacimiento y por la misión que Dios le encomendó a Juan y
por lo bien que llevó a cabo esa misión.
- Arrepentirse es el primer paso
para acercarnos sinceramente a Dios. Si cuando ofendemos a Dios no sentimos
dolor es que no le amamos. Por eso, para que se nos perdonen los pecados en el
sacramento de la confesión necesitamos primero que nada arrepentimiento.
- Convertirse es, cambiar de
vida, de conducta, pasar de lo malo a lo bueno, del pecado a la gracia; no
cambiar de religión.
NOS
COMPROMETEMOS
Recordemos que al concluir cada
tema nos proponemos un compromiso. Lo hacemos con la finalidad de que la
Palabra de Dios que escuchamos, las enseñanzas que Dios nos envía a través de
ella no se quede en un simple bla-bla-bla. Debemos llevarla a la práctica.
Hoy podríamos proponernos un
ejercicio de conversión. Cada quien examina su conducta y se propone modificar
algo en lo que siente que falla a menudo y que produce dolor en quien convive
con él.
HASTA LA
PROXIMA
- Evaluamos la reunión y el
tema.
- Damos loa avisos counitarios y
parroquiales.
- Cantamos y oramos.